Por Silvana Brustia Caperchione

Hija de escultor, nieta de poeta, fue una personalidad única y uno de los iconos culturales rioplatenses con éxitos cinematográficos y teatrales.

Concepción Matilde Zorrilla de San Martín Muñoz, conocida como China Zorrilla, fue una actriz, comediante y directora uruguaya que desarrolló una extensísima carrera internacional. Hoy celebramos el centenario de su nacimiento (14 de marzo de 1922) por ser una de las figuras más queridas del Río de la Plata. Si bien murió hace 7 años, sigue viva ya que es una referente cultural indiscutida de varias generaciones. Este año, Uruguay la homenajeará en la 28º edición del Día del Patrimonio.

Poseedora de una historia de vida digna de una película, su paso marcó una época del Río de la Plata. Nacida en Montevideo en el seno de una familia tradicional patricia y culta: es hija de la argentina Guma Muñoz de Campo y del escultor José Luis Zorrilla de San Martín (1891 – 1975). Y nieta del reconocido escritor, periodista docente y diplomático uruguayo  Juan Zorrilla de San Martín (1855 – 1931).

De niña, China vivió en París, donde su padre, eligió trabajar. Más tarde se mudaron a Uruguay donde asistió al Colegio Sagrado Corazón de Montevideo.

De la risa a la emoción

En 1943 se decidió dedicar al teatro, iniciándose en el grupo “Ars Pulcra” de la Asociación Estudiantes Católicos, debutando en La Anunciación a María de Paul Claudel dirigida por Roman Viñoly Barreto. En 1946 viajó a Londres becada por el British Council para estudiar en la Royal Academy of Dramatic Art, donde tomó cursos con figuras de la talla de Katina Paxinou, la gran trágica griega. En la BBC conoció al crítico teatral uruguayo René Arturo Despouey y estuvo en contacto con importantes figuras del quehacer cultural europeo. Hizo teatro en español bajo la dirección de José Estruch, que había emigrado a Londres desde España desde de la Guerra Civil.

En 1961 fundó el Teatro de la Ciudad de Montevideo (TCM) junto con Antonio “Taco” Larreta y Enrique Guarnero con cuyo elenco viajaría a Buenos Aires, París y Madrid. En la capital francesa actuaron en el Teatro de las Naciones y en la española presentaron en el Teatro Español La zapatera prodigiosa, de Federico García Lorca en pleno régimen de Franco.

En sus inicios

Entre otras múltiples actividades se desempeñó como corresponsal del diario madrileño El País, cubriendo el Festival de Cine de Cannes y otros eventos internacionales y como periodista y animadora de televisión en Uruguay en los programas de Saeta Canal 10 Hogar Club y De padre a hija, recordándose las entrevistas televisadas con su padre, con quien discutían la actualidad y el pasado uruguayo.

Con el humorista Carlos Perciavalle presentó en Broadway la comedia musical Canciones para mirar, un espectáculo para niños sobre textos de María Elena Walsh, con el que retornó a Montevideo, llevándolo en gira por Uruguay. Desde ahí comenzó una amistad entrañable entre ambos artistas que nunca terminó.

Desde 1971 hasta 2008 actuó en más de 50 películas, dirigida por grandes directores tales como Luis Puenzo, Marcos Carnevale, María Luisa Bemberg, Adolfo Aristarain, Sergio Renán y actuó con grandes artistas de ambos márgenes, lo que he valido el cariño y respeto de toda la comunidad artística.

Con los años, se convirtió en una de las personalidades artísticas más populares del Río de la Plata y por supuesto, no tardó en ser la grande dame del teatro rioplatense. Fue actriz y directora teatral premiada en cine, radio y televisión, con larga trayectoria en ambas márgenes del Plata, además de guionista, productora, traductora y adaptadora.

En el año 2000 el gobierno chileno la condecoró con la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral. En noviembre de 2008 le fue otorgada por el gobierno de Francia la condecoración de la Legión de Honor en el grado de caballero (Chevalier), y en 2011 el gobierno uruguayo la homenajeó con un sello de correo.

Se retiró de los escenarios y la vida pública en 2012, al cumplir 90 años. El domingo 14 de septiembre de 2014 fue internada por neumonía, falleciendo posteriormente el 17 de septiembre de ese mismo año, a los 92 años. El gobierno uruguayo decretó duelo nacional, sus restos fueron velados en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo de Montevideo y el cortejo fúnebre pasó frente al Teatro Solís. El sepelio tuvo lugar en el panteón de la familia Zorrilla de San Martín del Cementerio Central de Montevideo.