Una rutina completa de ejercicios muy sencillos basados en la Medicina China que refuerzan los pulmones y la piel, armonizan nuestra energía y nos hacen más resistentes a las enfermedades.

El otoño -según la Medicina Tradicional China- es la estación del año asociada al elemento Metal (o aire). Tiempo en que la naturaleza se contrae, se ralentiza, y las temperaturas comienzan a descender.

En nuestro cuerpo, el elemento Metal se asocia con los pulmones, con el intestino grueso y también con nuestra piel. Y precisamente, es durante esta estación cuando estos órganos se vuelven más vulnerables a los cambios de temperatura, al viento, a la sequedad, a la humedad y a la tristeza. 

Por eso te propongo una rutina simple y potente de Yoga Facial para liberar tensiones, revitalizar nuestra piel, nuestro estado de ánimo y mejorar nuestras defensas.

Vamos a trabajar poniendo énfasis en las zonas del rostro que se asocian con los pulmones (nariz, mejillas) y el intestino grueso (surcos nasogenianos), órganos que -según la Medicina Tradicional China- cuando están armonizados, mejoran el estado de nuestra piel y nuestro sistema inmunológico.

1- Respiración

Aunque parezca una obviedad, en estos tiempos tan ajetreados, nos cuesta respirar profundamente y es justamente una buena respiración lo que más beneficia a nuestros pulmones. Por eso quiero, que practiques está respiración conmigo:

a- Enderezá tu espalda, relajá y bajá los hombros, y abrí el pecho.

b- Colocá la lengua como un panqueque en el paladar.

c- Cerrá tu boca y levantá levemente las comisuras de tus labios.

d- Tomá aire por la nariz y llevalo hasta el ombligo (si podés llevarlo todavia más abajo, mejor).

e- Contené el aire por 3 segundos, y luego empujalo desde el ombligo a la columna, sintiendo como al exhalar el aire, éste va recorriendo toda la columna de abajo hacia arriba, hasta llegar a la nariz.

f- Repetí esta secuencia 5 veces, tratando de hacer cada vez más largas las exhalaciones.

2- Activación del Punto IG 20:

Primero, vamos a humectar la piel con una crema o serum no oleoso.

Luego, tratando de mantener la respiración profunda que aprendimos en el punto 1 anterior, vamos a presionar los puntos de digitopuntura IG 20 (intestino grueso 20), que localizamos al costado de la nariz, a la altura de las fosas nasales.

Este es el último de los 20 puntos pertenecientes al meridiano del intestino grueso, que cruza con el meridiano del estómago. En términos simples, los meridianos energéticos son una especie de autopistas energéticas que conectan nuestros órganos principales con partes de nuestro cuerpo.

Presionamos por 1 minuto y luego, sin separar los dedos de la piel, vamos a abrir las manos, arrastrando los dedos hacia las mejillas por debajo del hueso, hasta llegar a la altura de las pupilas, como si quisiéramos estirar la nariz hacia los costados.

 La presión sobre estos puntos IG 20 y el movimiento de apertura que hacemos luego, ayudan a liberar tensión de los músculos de las mejillas que se insertan en el músculo orbicular de la boca, de la fascia y de los ligamentos.

En Medicina Tradicional China la zona de los pómulos/mejillas representa a los pulmones y la zona nasogeniana al colon. Se cree que el funcionamiento energético de esos órganos puede afectar nuestra piel. Por eso en nuestra práctica tratamos siempre de armonizarlos para que nuestra piel esté radiante.

3 – Revitalización central

Es la postura perfecta para elevar los pómulos, reducir las arrugas nasogenianas, voluminizar los labios, y eliminar tensión del rostro, especialmente de los músculos masticatorios. También equilibra las glándulas más importantes de nuestro cuerpo; hipotálamo, pituitaria, glándula pineal, tiroides y timo. Suaviza y revitaliza increíblemente la piel del rostro, cuello y escote.

a. Respirá profundamente y luego eleva las comisuras de tu boca y sonríe.

b. Con tu boca haz una “O” larga y estrecha.

c. Mantené esta postura durante unos segundos, respira y siente cómo se estiran los músculos.

d. Lleva tus labios superior e inferior hacia adentro cubriendo tus dientes con fuerza y mantén esa posición.

e. Asegúrate que tu «O» aún sea larga y estrecha y que tus labios no se cierren.

f. Eleva las mejillas como cuando sonríes, y lleva las comisuras de la boca hacia arriba. Ten cuidado de no crear arrugas alrededor de los ojos.

g. Cuando hayas dominado la postura, cierra los ojos y lleva la mirada hacia atrás para fortalecer el párpado inferior y activar el hipotálamo. No eleves la frente, ni subas los párpados superiores, al igual que los hombros deben estar relajados en todo momento.

h. Seguí manteniendo tu «O» aún más larga y levanta las mejillas, luego lleva la cabeza ligeramente hacia arriba y hacia atrás.

i. Para trabajar sobre el intestino grueso, coloca las manos cubriendo los surcos o líneas nasogenianas, y presiona hacia adentro.  Mantené esta postura por 30′, desarmala suavemente y repetila 2 veces más.

4- Masaje de timo

Para finalizar, vamos a hacer un suave masaje sobre el timo, la glándula de la felicidad, favoreciendo también los sistemas circulatorio, linfático y energético.

El timo cumple un rol importantísimo dentro de nuestro sistema inmunológico y emocional. Por eso tenemos que aprender a mimarlo.

Para este masaje no necesitás más que tus manos y tu piel limpia. Recordá respirar profundamente por la nariz.

Vas a llevar las palmas de tus manos al tórax y vas a presionar suavemente, haciendo un movimiento circular por 1 minuto en un sentido y, luego, por 1 minuto en el otro sentido. Este masaje va a generar calor en el pecho. Mientras lo hacés visualizá y sentí apertura de pecho y de emociones. Pensá en aquello que te hace feliz.

Es interesante advertir que cuando hay desequilibrios energéticos en los pulmones, nuestra caja torácica cae, nuestro pecho se hunde y, nuestro mentón y cabeza se deslizan hacia abajo. Esta posición “cerrada” hace que la circulación de la energía (Qi) sea aún más difícil. Lo mismo sucede con nuestro intestino grueso.

Así que si querés revitalizarte en otoño y fortalecer tus defensas, procurá tener una buena postura, mantener tu pecho abierto, hacer respiraciones largas y profundas, alimentarte e hidratarte bien y, ¡practicar Yoga Facial!

Por Carolina Winograd, instructora de Yoga Facial y fundadora de Kaliope Glow @kaliope.glow

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