Google está transformando su buscador: los tradicionales listados de enlaces comienzan a ser reemplazados por AI Overviews, resúmenes generados con inteligencia artificial. Durante la conferencia anual de desarrolladores Google I/O 2025, Sundar Pichai, CEO de Alphabet, celebró el lanzamiento y aseguró que ya lo utilizan 1.500 millones de personas en el mundo.

Además, presentó AI Mode, que automatiza tareas como responder mails, hacer compras o interpretar imágenes, y AI Ultra, un servicio pago de 249 dólares al mes para desarrolladores que incluye funciones avanzadas como creación de videos.

Los problemas detrás del entusiasmo

Pese a la euforia del anuncio, surgen serias dudas:

  • Impacto en la web: si los usuarios dejan de visitar sitios para quedarse en Google, los generadores de contenido perderán tráfico y, con ello, ingresos.
  • Publicidad en riesgo: el buscador obtiene cerca del 85% de sus ingresos de anuncios, que dependen justamente de ese tráfico.
  • Confiabilidad: las IA pueden “alucinar” y ofrecer datos falsos o absurdos, como recomendar comer piedras, usar pegamento en la pizza o dar consejos peligrosos.

Incluso el propio Pichai admitió que las alucinaciones son un “problema inherente” a estos modelos.

¿Por qué este giro?

Google enfrenta la presión de competidores y la fuga de usuarios jóvenes hacia servicios como ChatGPT, que ofrecen respuestas directas. Por primera vez en su historia, la compañía perdió parte de su dominio del mercado de búsquedas en 2024.

El desafío ahora es cómo monetizar la IA sin destruir el ecosistema de contenidos del que se alimenta y sin afectar la calidad de las respuestas. De momento, la empresa avanza “a ciegas”, con la urgencia de no quedarse atrás en la carrera tecnológica, pero sin un modelo de negocio claro.